En la Cámara de la Construcción de La Pampa ya no tienen ni la esperanza de que Nación avance con los proyectos que estaban en marcha y fueron desfinanciados en diciembre: directamente advierten que “hay que superar estos cuatro años” de la gestión de Javier Milei.
«Acá nadie piensa en ganar plata, sino en mantener las empresas y superar estos cuatro años porque está claro que Nación no va a hacer nada», afirmó el presidente de la Cámara de la Construcción de La Pampa, Adrián Pérez Habiaga, sobre la realidad del sector.
La consecuencia en la paralización de la obra pública es evidente: miles de despidos y juicios millonarios contra el Estado nacional por incumplimiento de los convenios. En La Pampa, el presidente Milei ya decidió frenar totalmente las viviendas del Procrear, a lo que se suman otras 69 proyectos.
Como publicó LA ARENA el pasado domingo, la Nación tiene una deuda de $7.800 millones con cuatro constructoras de la provincia que realizaban hasta diciembre viviendas en Toay, General Pico y Santa Rosa. Hay 636 viviendas a medio construir y abandonadas.
“Nos suspendieron la obra del Procrear hace un mes y medio, es una paralización de obra que decidió la Nación y siguen sin pagarnos, ni siquiera nos abonan los gastos de cuidado de obra que ordenan los contratos por la decisión nacional”, señaló Pérez Habiaga.
Ante este escenario, las empresas decidieron dejar el personal mínimo en las obras y el resto de los trabajadores, unos cien en total, fueron despedidos -tienen un fondo de desempleo que ronda los $900.000 total en promedio-.
A la justicia.
El empresario advirtió en Radio Noticias que “todavía no iniciamos acciones legales contra el Estado nacional” porque “la Provincia tiene la idea de continuar las obras con esta realidad económica”.
Sobre la situación de las constructoras, planteó que es “compleja” aunque aclaró que la mayoría “están económicamente saneadas, sin grandes deudas, aunque empresas más chicas por ahí resolverán cerrar las puertas, alguna que esté endeudada terminará en quiebra”.
Por otro lado, Pérez Habiaga dijo que para las empresas el endeudamiento no es una opción: “Tenemos que tratar que la empresa sobreviva en el tiempo, no en el momento nada más. Si te endeudas ahora sin una perspectiva de trabajo y sin saber cuándo vas a poder pagar ni cuándo va a salir la economía, te estas pegando un tiro en el pies”, explicó.
“Entonces, hay que achicarse y ver cómo se sobrevive, a ver que otro tipo de actividad podemos realizar mientras tanto, que es complejo porque puede ser los desarrollos inmobiliarios pero no es momento porque la gente no tiene dinero. La relación del metro de construcción en dólares respecto del costo de la vivienda en dólares es bajísima, entonces tampoco es rentable. Son tiempos muy difíciles”.
Al igual que otros sectores Pérez Habiaga destacó el acompañamiento del gobierno provincial, también castigado por la Nación que no envía los recursos, y manifestó que “tenemos la esperanza en lo que dijo el gobernador de que las viviendas se van a seguir haciendo, todas las empresas esperamos que eso ocurra”.
– ¿Qué opina sobre los dichos de Milei que si por ejemplo se necesita hacer un puente u otra obra se van a juntar los privados para hacer el proyecto?
– No funciona así y él lo sabe. Primero en Argentina no están dadas las condiciones de estabilidad económica, acceso a bancas privadas para obtener créditos para la obra y un sistema financiero robusto, nosotros tenemos un sistema financiero chico. Si vamos por ese lado, en Inglaterra que tiene un sistema grande el 15% de la obra pública lo hacen privados, el resto es obra pública normal. El famoso modelo Chileno es igual, más allá que la inversión publica en los mejores momentos fue del 1,7% del PBI y en esos países, 2,5% del PBI, no baja de ahí.
– Entonces es todo mentira…
– El ajuste lo tenía que pagar alguien. Sobre los primeros que cayó es sobre los jubilados, los que más sufren, y después la construcción. Había que agarrar un enemigo y nos eligieron a nosotros, y un discurso a través de ese enemigo para justificar todo lo que se está haciendo. Espero que se den cuenta que así es imposible, a parte por una cuestión de sentido común. El privado no va a construir en una ruta que no es rentable, para esto está el Estado.
(La Arena)